martes, 2 de julio de 2013

Fuegos artificiales en Baikonur


Sí, el blog estaba un poco abandonado, pero no me resisto a escribir una breve reseña de lo sucedido hoy en Baikonur. 

Baikonur, 02:38 UTC del martes 2 de julio, un cohete Protón-M está listo en su rampa para colocar en órbita tres satélites Glonass-M (Glonass es el sistema ruso de posicionamiento por satélite competidor del GPS americano o del Galileo europeo). En el instante T=0 rugen los motores al ponerse en marcha, el cohete gana altura y velocidad y entonces, en un abrir y cerrar de ojos:


Una bonita bola de fuego. Una de las formas más rápidas de acabar con 200 millones de dólares, coste estimado de lanzador y carga de pago según algunas fuentes. El problema no es solo económico, el lanzador Protón utiliza como combustible UDMH (dimetilhidrazina asimétrica), un compuesto muy tóxico y altamente cancerígeno, del cual por suerte la mayor parte habrá desaparecido en la explosión y posterior incendio. 

Evidentemente es pronto para saber las causas del accidente, aunque algunos aspectos del lanzamiento llaman poderosamente la atención, en particular el hecho de que no se haya iniciado ninguna secuencia de autodestrucción una vez que el cohete se ha salido de la trayectoria y se aprecia claramente que es irrecuperable (actualizado: estos lanzadores carecen de sistema de autodestrucción). Este hecho es importante, ya que la diferencia entre explotar en el aire, o impactar con el terreno en una gran explosión puede ser lo que determine la pérdida de vidas humanas y mayores daños materiales.





Le preocupante del asunto para los amigos rusos es que desde 2010, el cohete Protón-M ha fallado en cinco ocasiones de un total de 37 lanzamientos, lo que supera ampliamente el 10% de fallos, todo una rareza en el mundo espacial. Curiosamente en uno de sus últimos fallos también trataba de poner en órbita tres satélites del sistema Glonass, que acabaron en el fondo del Pacífico por un error humano en el llenado de los tanques de combustible de la última etapa.


Una cosa si parece probable, al más puro estilo de las purgas ruso-soviéticas algún técnico y/o directivo de la compañía va a pasar una temporada de vacaciones en un sitio más bien frio cortesía del camarada Putin.


Actualizaremos cuando haya más información sobre las causas.

jueves, 17 de enero de 2013

Suspendidos todos los vuelos del B-787

El transporte aéreo tiene fama de ser el más seguro, y eso es así por muchas y buenas razones. La última de ellas y que es motivo de esta entrada ha sido la prohibición de volar aplicada a los aviones último modelo de Boeing, el flamante 787 Dreamliner.



Una vez detectados los problemas en los aviones la autoridad del país de diseño emite lo que se conoce como directiva de aeronavegabilidad, en la que se especifican las acciones correctoras a tomar para solucionar la incidencia (puedes ver aquí la directiva). Según la misma los motivos para decretar la suspensión de vuelos han sido los recientes incidentes en los que se han visto envueltos las baterías de ion-litio de la aeronave, donde un fallo ha provocado la liberación de electrolito inflamable, daños por calor y humo en dos aeronaves. La causa de los fallos esta actualmente siendo investigada, ya que de no tomarse las medidas oportunas podrían producirse daños en sistemas y estructuras críticas, existiendo además un riesgo potencial de fuego en el compartimento eléctrico.

Sin duda ha sido un duro golpe no solo para la compañía fabricante del aparato, que ve puesto en tela de juicio su modelo más moderno, sino también para todas las líneas aéreas operadoras del aparato, que verán como sus aviones se quedan en tierra y se ven obligados a buscar opciones alternativas para cumplir con sus compromisos. Ahora bien, son las decisiones difíciles las que permiten mantener los máximos niveles de seguridad en las operaciones aéreas, y podemos estar seguros de que no volverán a volar hasta que esta seguridad esté garantizada.