A la vista de las notas de corte que se han alcanzado para
la titulación de Ingeniería Aeroespacial en las universidades españolas, sólo se puede concluir una cosa: la Ingeniería Aeroespacial está de
moda, al menos en el ámbito de los estudios universitarios. Y es que no cabe otra conclusión cuando las
notas de corte para estos estudios superan ampliamente el 11 (11.48 en la
Universidad de León). Ahora bien, ¿está justificada esta moda? ¿Será pasajera?
Analicémoslo con un poco más de detalle.
Antecedentes históricos
El sector aeroespacial ha tenido tradicionalmente una
presencia importante en España, siendo su máximo exponente Construcciones
Aeronáuticas S.A. (CASA), empresa que se integró en el consorcio europeo EADS
en el año (1999). Se trata de un sector de gran importancia estratégica como
consecuencia de su peso en la definición de las políticas de desarrollo
tecnológico o defensa, por lo que su actividad se encuentra fuertemente
tutelada y apoyada por los correspondientes gobiernos de todo el mundo (en el
caso de España el gobierno mantiene un 5% del accionariado de EADS).
Esta importancia industrial contrastaba con la situación de
la Ingeniería Aeroespacial/Aeronáutica como estudios universitarios. La
Universidad Politécnica de Madrid era la única en la que se ofrecía la
posibilidad de cursas estos estudios, caracterizados por la máxima exigencia y
rigor, manteniendo esta situación de exclusividad hasta comienzos del nuevo
siglo. Esto llegó a ocasionar una cierta escasez de profesionales aeronáuticos,
situación esta que afectó especialmente en ciertos ámbitos como el cuerpo de
Ingenieros Aeronáuticos del Ejército del Aire, donde la escasez de personal
llegó a suponer un serio problema.
Situación actual
Estimuladas por la demanda existente y el continuo
crecimiento industrial del sector aeroespacial, a partir del año 2000 fueron
varias las universidades de España en las que se implantaron estudios de Aeronáutica.
En una primera vuelta fueron las universidades de Barcelona, León, Sevilla y
Valencia, posteriormente, con la adaptación al Espacio Europeo de Educación
Superior, también se implanta en las universidades de Cádiz, Carlos III y
Alfonso X. De esta manera, en un periodo de tiempo ciertamente corto, se ha
multiplicado el número de plazas de acceso a la titulación, lo cual,
indefectiblemente, se traducirá en breve en un incremento semejante del número
de egresados que acceden al mercado laboral. En esta situación la pregunta es
clara ¿Hay mercado para todos los nuevos egresados? ¿La actual demanda es sólo
una moda o se mantendrá con el tiempo?
¿Qué podemos esperar del futuro?
Aunque en principio parece poco adecuado el hecho de que
haya crecido de forma tan notable la oferta de plazas, hay algunos hechos
importantes que pueden mitigar en gran medida los efectos de este aumento:
- Aunque ha crecido mucho el número de universidades que ofrecen el título, el número de plazas ofrecido por cada una de ellas ha estado bastante contenido (entre 60 y 70).
- Venimos de un cierto déficit histórico de Ingenieros Aeronáuticos/Aeroespaciales, lo cual ha ocasionado con cierta frecuencia que ingenieros de otras ramas ocupen puestos en principio pensados para Aeronáuticos.
- El sector ha crecido mucho durante la última década, incluso durante la crisis, y las previsiones para los próximos años siguen apuntando en la misma dirección. Como consecuencia, seguirá creciendo la demanda de profesionales altamente cualificados para trabajar en el sector.
Todo esto parece indicar que es un sector que tiene mucho
presente y, también, mucho futuro para los nuevos estudiantes. Caracterizado
por una gran carga tecnológica, en constante desarrollo y a la vanguardia de la
técnica, siempre ha ejercido una gran fascinación entre el público general. Las
notas de corte elevadas aseguran alumnos motivados y con un hábito importante
de esfuerzo y trabajo que sin duda contribuirán a mantener un fuerte
crecimiento en el sector.